Luarca, situado en una tierra de preciosos contrastes, en la costa occidental asturiana y correspondiente al municipio de Valdés; es otro de los pueblecitos costeros de la zona, con especial encanto. Podemos decir que Luarca se define en tres palabras: mar, río y montaña. Nada se le escapa a este precioso pueblo asturiano del litoral Cantábrico. Se extiende a través del río Negro, que lo delimita desde su desembocadura en la costa del mar Cantábrico, adoptando una preciosa forma de “S” acuática y penetrando hacia el interior hasta Tineo y Villayón, villas con las que comparte sus zonas más altas.

 

El río Negro, desemboca en la primera de las tres preciosas playas de Luarca  y en su recorrido, va marcando y delimitando el territorio de este entrañable pueblo a base de rodeos, curvas y contra curvas; hasta que se une al mar como si de un suspiro se tratase y en este especial territorio, nace el pueblo de Luarca. Este es uno de los motivos por los que este pueblo resulta tan especial de visitar. Su puerto, levantado desde este entorno fluvial, resulta la infraestructura perfecta para el desarrollo comercial, deportivo y turístico de la localidad.

Su costa es de formación rocosa, con valles y con bosques de intensa clorofila en sus inmediaciones; panorámicas y vistas que invitan a su contemplación. A medida que nos alejamos de su costa, el paisaje resulta más abrupto y escarpado.

 

Luarca, ha sido bautizado por su encanto, como la Villa Blanca de la Costa Verde, por diferenciarse en ella claramente dos zonas:

El Casco Histórico, dónde confluyen sus barrios más autóctonos y de origen medieval de la localidad, como La Carril o el Camboral, los cuales rodean al puerto y a su iglesia a modo de un gran anfiteatro.

La Luarca más contemporánea,  surgida en el siglo XIX y compuesta por las zonas situadas a ambos márgenes del río. Supone el lugar dónde se concentra la mayor parte del comercio de la localidad.

 

Si te recorres sus sorprendentes calles, podrás acceder de un lado a otro del río, a través de sus siete puentes, los cuales comunican diariamente las dos zonas tan curiosas y simétricas entre sí de su localidad. Pero lo que realmente transmite la esencia de este gran pueblo son sus tradicionales aires marineros junto a su marisco y su sidra.

En la zona del puerto pesquero encontrarás muy buenos restaurantes para saborear el marisco y sentarte a tomar sidra, de la forma asturiana. El olor a mar, te embaucará por todos sus rincones, mientras observas el regreso de los barcos con la pesca del día; mercancía que se suele subastar en la lonja de pescado, hacia las tres de la tarde. De esta forma, capturarás otro de los típicos momentos de los pueblos pesqueros asturianos.

En todo el municipio de Luarca, existen numerosos hallazgos que prueban la tradición del marisqueo en esta región, desde el llamado Asturianense, la última etapa de la época del paleolítico en el entorno asturiano. El mar, ha supuesto para este pueblo, su pesca y su sustento, además de su horizonte y su campo de batallas, algo que ha dejado un marcado rastro en la villa y que se puede observar en sus fortificaciones de la Atalaya, lugar  con unas vistas panorámicas increíbles.

 

En verano, este pueblo llega a quintuplicar su población autóctona y supone,  por su extensión y sobre todo por su gran belleza paisajística y por su riqueza cultural, la capital del concejo de Valdés.

Luarca ha ido adquiriendo fama, convirtiéndose en uno de los pueblos más famosos de Asturias, no sólo por la variedad de la inconfundible belleza natural que la zona posee, sino también por sus personajes famosos, como por ejemplo, el ilustre Severo Ochoa, científico español y estadounidense, que fue galardonado en 1959, con el Premio Nobel de Medicina. Luarca, también supone una localidad de paso para el Camino de Santiago y cuenta con albergues de peregrinos a escasos kilómetros. Entre el patrimonio artístico en su localidad e inmediaciones, destacan, los palacios de los marqueses de Ferrera y Gamoneda, la torre y casona de Villademoros y las villas de los indianos como Argentina, Tarsila, Hilda o Rosita.

 

Como dato curioso, en El aula del Mar, lugar de análisis de las especies marinas y de interés ecológico en esta localidad, encontrarás raras especies marinas como el calamar gigante, hallado en la costa asturiana desde 1999, algo que resulta muy poco habitual.

 

¿Te vienes a descubrir Luarca?

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