Avilés

centro cultural nyemer Centro cultural Niemeyer del arquitecto Oscar Niemeyer

Con un marcado carácter industrial, Avilés ha sabido amoldarse a los nuevos cánones en lo que a belleza urbana se refiere.  Conocida como la Villa del Adelantado, en honor a Pedro Menéndez, conquistador español que llevó el nombre de su ciudad allende los mares, está situada a unos 30 kilómetros de Oviedo y a otros tantos de Gijón.

Todo aquél que visita Avilés, se va a quedar sorprendido. Pudiendo encontrarse un edificio barroco del siglo XVII – hoy en día convertido en hotel – y la última obra del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer (conocido popularmente como Centro Niemeyer). Pero no todo es arquitectura, la cultura en general está presente por toda la ciudad. Esa que en 1614 vio nacer a Juan Carreño de Miranda, retratista de Carlos II y amigo de Velázquez.

Avilés es una ciudad en la que todo está a mano y en la que moverse resulta muy sencillo, pues podemos disfrutarla mientras paseamos. Si comenzamos nuestra andadura en la plaza del ayuntamiento nos encontraremos con el Palacio de Ferrera (edificio barroco del siglo XVII). En la actualidad es un hotel que nos transporta a aquéllos años sin renunciar a las comodidades del siglo XXI. Por si esto fuera poco, desde sus ventanas podemos contemplar el parque de Ferrera, que nada tiene que envidiar a los grandes jardines europeos y que es el pulmón de la ciudad. Desde este punto, y según la dirección que tomemos (derecha o izquierda), llegaremos a la Calle Rivero o a la Calle Galiana. En ambas, llamará nuestra atención otro de los emblemas de Avilés, los soportales. Si bien, la primera es una zona más de marcha y  la segunda ideal para la hora del aperitivo. La Calle Galiana no sólo es conocida por sus soportales sino que, cada febrero se dan cita en ella miles de personas para disfrutar del Descenso Internacional y Fluvial de la Calle de Galiana.

Venir a Avilés en Carnaval (Antroxu, en asturiano) es el plan perfecto si nos apetece darnos un baño de espuma y ver las carrozas, en las que toda la ciudad se involucra.  No es por exagerar, pero puede que tenga el título de Carnaval más famoso del norte de España. Avilés cuenta con multitud de soportales y de distintos periodos, de hecho, si se pusieran todos en línea recta tendría unos 4 kilómetros de soportales. Más modernos son lo que hay en la calle San Francisco. Datan del siglo XIX y justo enfrente está la iglesia de San Nicolás de Bari, otra joya avilesina. Para cerrar con los soportales, en la plaza Hermanos Orbón, arcos y viviendas forman una postal muy bella. Si os pasáis por aquí, entrad al mercado, gastronomía en estado puro. Un regalo para la vista y el paladar.
Y de arquitectura antigua a moderna. Sin tener que caminar mucho llegamos al Centro Niemeyer. Con su blanco color y su forma se ve desde casi cualquier punto de la ciudad. Aquí percibiremos contraste. Por un lado, Avilés industrial, por otro, el casco antiguo. Entre ambos, la única obra en España de este genial arquitecto. El Niemeyer es cultura en estado puro: cine, música, pintura, todo tipo de manifestaciones artísticas tienen cabida en el centro. Incluso Woody Allen se ha dejado seducir por esta obra, tocando el clarinete junto a su banda el día de la inauguración. Para llegar tenemos que ir a la calle del muelle y cruzar por el puente de San Sebastián. Según avanzamos por el puente, la majestuasidad de la obra se irá acercando a nosotros, por eso, lo mejor para visitarlo es dejarse llevar. La torre es visita obligada, desde aquí tenemos unas vistas fantásticas de la ría de Avilés, del puerto deportivo y de toda la ciudad. Hasta enero de 2016 está en la cúpula del centro una exposición sobre el puerto y su historia. Muy recomendable. El puerto de Avilés mueve más de 5 millones de toneladas al año teniendo la calificación de puerto de interés general del Estado. Esta exposición conmemora los 100 años de la autoridad portuaria de Avilés. Conocer la historia del puerto es, sin lugar a duda, conocer la historia de la Villa del Adelantado.

faros avilés

Faro de avilés

Pero como no todo va a ser gastar suela, podemos reponer fuerzas degustando unas marañuelas de Avilés (dulce típico) o un trozo de mantecado Avilés. Mejor aún, anotar en vuestra guía el probar el mantecado como obligatorio. Se trata del bollo de pascua típico de la ciudad y cada año son más los ahijados de otras zonas de Asturias que lo piden a sus padrinos. Motivos muchos, pero quizá sea el sabor y la textura que tiene, quizá no haya otro igual. Si el buen tiempo lo permite (no nos olvidemos  que Asturias no es verde por casualidad), podemos tomarnos una botella de sidra en la plaza del Carbayedo. Y si os apetece disfrutar de algún plato de la cocina asturiana, no os preocupéis, en Avilés hay una gran oferta culinaria.

Si tenéis pensado hacer compras, además de ropa y complementos, Avilés cuenta con establecimientos únicos. Desde tiendas de interiorismo con piezas exclusivas hasta una rara avis en la ciudad, una tienda de segunda mano de cosas de niños,  en ella todo está cuidado hasta el último detalle; pasando por una boutique donde encontrar lo necesario para convertirnos en unos auténticos reposteros. Y si lo que queremos es viajar al pasado, La Colosal (calle San Francisco, 6) es el lugar idóneo para ello. Con 87 años de historia es uno de los comercios clásicos de Avilés que espera llegar al centenario con la misma apariencia que tenía allá por 1928, cuando la abrió un recién llegado de Cuba en la calle de los soportales “art deco”.

Avilés tiene de todo y para todos los públicos ¿os apetece venir a conocerla?

Katia